Los cereales andinos han sido incluidos en una preparación inaudita e inventiva. El año pasado Olga Clemente vendió por primera vez en una feria un producto hecho a partir de 60% de quinua o cañahua que incluye una preparación similar a la de los nachos mexicanos. Así nació Totopos Andinos.
No son galletas, no son los nachos o tortillas de maíz propios de México. Son el resultado de una fusión de ambas. Clemente pensó en elaborar el producto cuando cursaba la formación básica en gastronomía en una de las Escuelas de Cocina Manq’a en El Alto.
"Fue durante una clase en la que aprendíamos sobre comida mexicana y pensé, esta preparación de los nachos es sencilla. Debería tener versiones con alimentos más saludables”, relata la emprendedora.
Junto con un grupo de compañeros empezó a experimentar en la preparación, un proceso bastante prolongado. El objetivo era lograr un snack, bocado, tentempié, matambre muy ligero, que no tenga preservantes o químicos y que conserve las propiedades de los cereales.
Y lo logró, el sabor de las diferentes variedades con los dos cereales andino y la miel es muy sutil. Hoy, además de otra variedad hecha a base de cebada, cuenta con una versión picante, obtenida gracias al ají en vaina.
Arriesgado, sí. No obstante, aún faltaba conocer la respuesta de los potenciales clientes.
Mientras trabaja en la masa que tiene un 40% de harina de trigo junto a su socia, Alejandra Condori, cuenta que la meta era hacer un producto que no se confunda con una galleta porque no lo es y debía tener un nombre que delate de alguna forma la fusión.
Una cruz andina comestible
Totopos es un producto mexicano casero. Es un trozo de tortilla frita o tostada, por lo general de forma triangular, a diferencia de los nachos o chips, tan conocidos, que son elaborados de cero a partir de la masa de maíz.
Los totopos tradicionales provienen de las culturas prehispánicas, específicamente del nombre de la acción totopochtli, que en náhuatl significa dorar o tostar.
Clemente decidió tomar esa herencia gastronómica mexicana para bautizar el emprendimiento. Así surgió Totopos Andinos.
Esta preparación casera, que no contiene azúcar sino miel, empezó a ser comercializada en ferias en noviembre de 2016.
Como el énfasis andino era muy importante para la imagen del producto, la emprendedora hizo fabricar moldes especiales en forma de cruz andina, llamas y kantutas para cortar la masa.
La cruz andina o chakana es una figura recurrente en las culturas andinas, tiene 12 puntas y su forma es escalonada. El autor del libro Génesis de la Cultura Andina, Carlos Milla, detalló en sus páginas que este símbolo tiene más de 4.000 años de antigüedad.
Posee varios significados. Es una síntesis de la cosmovisión andina, un concepto astronómico y tiene un fuerte componente científico y filosófico.
"Nosotros somos de la región andina. Por eso el aguayo, la wiphala y la cruz andina están presentes en nuestros productos y nuestros empaques. Si bien nuestros clientes potenciales son los turistas (...), los elaboramos para todas las personas que quieran un snack que les dé energía y sea saludable. Las personas que son vegetarianas también pueden consumirlo”, añade Clemente.
Condori explica que una de sus preocupaciones era que la cocción acabe con el aporte nutricional del producto. "Esa es la razón por la que el tiempo que están en el horno es muy breve, nos interesa más el proceso de deshidratación de los totopos y así que los ingredientes conserven sus propiedades ”, explica.
Se han abierto espacios en ferias. Sin embargo, en la actualidad la mayor cantidad de pedidos que reciben es a través de Facebook. Cada miércoles se reúnen y producen alrededor de 200 empaques de tres tamaños.
Para ambas tener un emprendimiento en Bolivia es similar a escalar una montaña, y qué mejor que hacerlo cuando se ofrece una alternativa mientras se valora el patrimonio alimentario del país.
"Queremos ofrecer otra forma de comer cereales andinos”, concluye Clemente.
¿Dónde se consiguen?
Contacto Los pedidos del producto se hacen a través del perfil de Facebook: Totopos Andinos. Hay empaques de tres tamaños: pequeño (Bs 3), mediano (Bs 8) y grande (Bs 15).
Metro Parada Juvenil También se comercializan en el café Las Vencedoras ubicado en Metro Parada Juvenil, zona Santa Isabel, final avenida Guadalquivir, lado colegio Delicias, El Alto.
Las Vencedoras, un proyecto y un café
El café Las Vencedoras se encuentra en la zona Santa Lucía de El Alto. Su nombre corresponde a un proyecto de fútbol femenino impulsado por The Partners of the Americas que trabaja en El Alto con Metro Parada Juvenil, una organización comunitaria que tiene como uno de sus ejes impulsar el balompié social.
"A partir del fútbol femenino trabajamos con mujeres que reciben capacitación técnica. Las dos emprendedoras de totopos se han graduado de las Escuelas de Cocina Manq’a”, explica el coordinador del proyecto Las Vencedoras en Metro Parada Juvenil, Marco Quispe.
Alrededor de 14 emprendimientos en diferentes rubros se han implementado con apoyo de diferentes instituciones como la Alcaldía de El Alto.
El único punto fijo de venta de los Totopos Andinos es el café Las Vencedoras.
"Desde julio tenemos una agenda con diferentes actividades para que los jóvenes tengan sesiones para aprender inglés, para que las personas visiten nuestra biblioteca, participen de sesiones de karaoke, entre otros”, concluye Quispe.
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miércoles, 14 de junio de 2017
Totopos, un bocado de cereales milenarios en forma de cruz andina
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