viernes, 27 de enero de 2017

Origen de las papas (II)

Según la relación sobre el origen de las papas detallada en la Figura 2, se considera que son mayormente tres las especies silvestres, es decir S. sparsipilum o arak papa, S. megistacrolobum y S. acaule (atoq papa o apharu), a partir de las cuales se han creado las especies cultivadas y que posteriormente los agricultores, o más probablemente sus mujeres, han seleccionado una gran variabilidad denominadas papas nativas.
Además se han identificado 199 especies silvestres que producen tubérculos y que son muy afines a las papas; están distribuidas desde el sur de Estados Unidos de América hasta la región central de Chile (Spooner e Hijmans, 1998). Un estudio de los parientes silvestres en la zona del Cusco muestra la presencia frecuente de más de 20 especies silvestres, cada una con su propia denominación (Urrunaga, 2003). Por ejemplo las alko papa (en quechua) y lillicoya (en aymara) son papas silvestres que se consumen en años de baja producción. Mientras que la kita papa es una papa asilvestrada, escapada de las cultivadas, diferente a la kipa papa o papa sobrante de la campaña anterior que ha vuelto a brotar.

jueves, 26 de enero de 2017

Origen de las papas (I)

La región andina y más específicamente el sur del Perú y la región colindante de Bolivia son el principal centro de domesticación de las diferentes especies de papas, que constituyen el alimento básico no solamente para cientos de miles de familias campesinas andinas, sino también para millones de personas en el mundo entero. Un centro secundario de origen se ubica en la isla de Chiloé, en el sur de Chile.
Se menciona «papas» en plural, porque estas pertenecen a nueve especies diferentes. Incluso los investigadores de la expedición rusa realizada en 1923, y cuyos resultados
fueron publicados en 1971, proponen la existencia de 21 especies diferentes de papas (Bukasov, 1971).
Las papas fueron domesticadas partiendo desde las especies silvestres, creándose nuevas especies mediante diferentes cruzamientos naturales o dirigidos, que permitieron la formación de numerosas variedades. Una hipótesis del proceso de domesticación que habría originado las diferentes especies la propone Hawkes (1978).

miércoles, 25 de enero de 2017

Origen de las plantas (II)

Esta agricultura que se desarrolló en los valles, laderas y altiplanos de los Andes Centrales tiene su inicio en la domesticación de plantas y animales, así como en el desarrollo de prácticas agrícolas, creación de herramientas agrícolas y la organización del trabajo, lo que permitió producir alimentos en condiciones de altas montañas, en forma exitosa hasta el siglo XVI.
Seguir el origen de las plantas cultivadas es un tema que demanda diferentes aproximaciones; estas incluyen las fuentes históricas y los hallazgos arqueológicos, es decir los restos de plantas que se encuentran en tumbas, o la información botánica a través de la presencia de granos de polen son testimonios valiosos; igualmente contribuyen las referencias gráficas en ceramios. Los escritos de cronistas y visitadores efectuados en la época inicial de la Colonia, aunque son a veces sesgados, dan sin embargo información sobre la ubicación e importancia de determinados cultivos nativos. Una tercera fuente son las expresiones lingüísticas, de los idiomas quechua y aymara, así como de los dialectos que aún subsisten.
Nicolás Vavilov determinó entre 1923 y 1939 que la región de los Andes Centrales que comprende el sur de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, constituye uno de los cinco principales centros de domesticación de plantas alimenticias en el mundo, asignándole 45 especies nativas económicamente útiles.
Esta riqueza de agrobiodiversidad se encuentra sin embargo expuesta a amenazas y maltratos; por lo tanto, la situación de la erosión genética es un tema muy controvertido. En el «Informe sobre el Estado de los Recursos Fitogenéticos en el Mundo», preparado para la Conferencia Técnica Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos realizada en Leipzig, Alemania en 1996 se indica que «en los países andinos se está registrando una erosión en gran escala de variedades locales de cultivos autóctonos y de plantas silvestres afines de las cultivadas».
En realidad se han reducido las áreas de cultivo; sin embargo y debido a la fuerza cultural y la labor de conservación que cientos de agricultores andinos realizan en Perú y Bolivia, los signos de erosión aun no son dramáticos, pero pueden aumentar peligrosamente en las próximas décadas, debido a la mayor influencia del mercado globalizado.

martes, 24 de enero de 2017

Origen de las plantas (I)

Se supone que los primeros habitantes de los Andes llegaron hace más de 10 000 años.
Procedieron probablemente de Asia y habrían cruzado el estrecho de Bering al norte del continente americano. En principio eran cazadores y colectores de semillas y de otros productos.
La agricultura recién comenzó con la selección de plantas silvestres y su domesticación hace alrededor de 6 000 a 8 000 años (Horkheimer, 1973). La agricultura se inició entonces en las tierras más bajas de los valles interandinos, extendiéndose gradualmente hacia las tierras
más altas.
Las civilizaciones andinas del pasado han estado basadas en: la domesticación de plantas alimenticias y de especies ganaderas, mediante el continuo mejoramiento de las plantas silvestres y de los animales nativos (Tapia, 1992); la existencia de una agricultura autóctona, bien organizada, con una respetuosa utilización del medio, vinculada a la Madre Tierra (pachamama) y una compleja cosmovisión.

En el artículo que trata sobre el Perú como centro de domesticación de plantas, Cook (1925) indica que el hecho de que la agricultura americana estuviera basada en las plantas nativas, demuestra que la agricultura que practicaban los pueblos nativos del norte y sur de América no fue introducida desde el Viejo Mundo, sino que tuvo un desarrollo independiente, autóctono.

lunes, 23 de enero de 2017

Origen de las plantas cultivadas en los Andes

En los últimos cuatro decenios los diferentes países, múltiples instituciones y personas de la región andina están evidenciando un interés renovado en los cultivos andinos al promover proyectos de investigación y fomento relacionados a estos cultivos nativos. Como ejemplos se puede mencionar que Jorge León en 1963 y Martín Cárdenas en 1969 describieron los aspectos botánicos de las principales especies alimenticias andinas; en 1989 se publicó Lost Crops of the Incas (Los Cultivos Perdidos de los Incas), por el Consejo Nacional de Investigación de los Estados Unidos de América. Esta obra constituye un notable esfuerzo de revisión sistemática sobre la investigación de los cultivos originarios de los Andes. Tapia et al. (1990), en una publicación de la FAO se refieren a los cultivos andinos subexplotados y a su contribución a la alimentación. Además, desde 1977 se han organizado doce Congresos Internacionales sobre los Cultivos Andinos, alternándose su realización en los diferentes países del eje andino. Instituciones como la FAO, el CIP, IPGRI, GTZ, CIID y Oxfam han apoyado diversos proyectos en el tema de la agricultura de estas especies. En el Proyecto de Conservación In Situ de los cultivos nativos, realizado en
Perú entre 2001 y 2006, así como en la Fundación PROINPA en Bolivia se ha puesto un especial énfasis en el registro y descripción de las variedades nativas, así como de los parientes silvestres que dieron origen a las especies cultivadas (PROINPA, 2002 y 2004).

Variedad desiree sobresalió en la XXXIV Feria de la Papa




La comunidad de San Andrés fue escenario este fin de semana de la XXXIV Feria de la Papa, que se realiza cada año en esa localidad.

El público tarijeño se volcó durante los dos días del evento al campo ferial de la comunidad para conocer más sobre las variedades de papa, servirse platos típicos y disfrutar de la actuación de grupos en vivo.

La papa desiree
Pese al intenso calor que azota la región, las jornadas de sábado 21 y domingo 22, la población tarijeña se dio cita en la comunidad de San Andrés durante el desarrollo de la XXXIV Feria de Exposición de la Papa. Los comunarios y productores se vistieron de sus mejores galas para recibir a los visitantes con los brazos abiertos y compartir la cultura tarijeña.
Circundando los alrededores del campo ferial de San Andrés se instalaron varios stands, arreglados ya con un estilo carnavalero, para la exposición de las principales variedades de papa que produce la región, la marcela, desiree, la runa criolla, la runa Iscayachi, la cardenal, la jaspe, revolucionaria, la americana y la collareja, entre otras.
De todas estas la que más llamó la atención de los visitantes fue la variedad desiree por su extraordinario tamaño que en muchos casos superaba los 30 centímetros de diámetro, además de tener curiosas protuberancias. “Esta es nuestra papa más linda y la que más buscan las empresas porque es rica y rendidora”, explicó doña Victoria, una de las expositoras.
En efecto, los productores comentaron que desde su introducción en los cultivos locales ha sido muy solicitada por su consistencia, sabor y versatilidad. “Se usa para todo, desde un buen saice hasta para hacer esas papas fritas que se venden en bolsitas, y por eso la gente que ya la conoce la busca siempre”, explicó doña Margarita, otra productora local.

La feria en general
Por supuesto, la feria no fue sólo exposición de papa, además, en el galpón del campo ferial se montó un escenario en el que se desarrolló durante las dos jornadas un festival folclórico en el que se presentaron reconocidas agrupaciones como Ay Juna, Los Halcones del Chaco, Canto Sur y otros grupos emergentes que aprovecharon la ocasión para darse a conocer.
Además, en afueras del campo ferial se erigió una segunda feria con venta de comidas tradicionales, como la papa con queso y choclo habitual en la feria, el saice, el picante, los pasteles y también cancho a la cruz.
“Estamos muy contentos con la gente que nos viene a visitar, esperamos que se sientan como en su casa y que disfruten de nuestros paisajes y puedan irse contentos y satisfechos con todo lo que hemos preparando para esta feria departamental”, manifestó Arturo Alfaro, presidente del Comité Organizador de la feria.

La actividad comercial en torno a la Feria de la Papa

La XXXIV Feria de la Papa de San Andrés tuvo una amplia concurrencia de la población tarijeña, durante sus dos jornadas pese al calor, y en teoría la misma se extendió más allá de los límites mismos del campo ferial cubriendo gran parte de los alrededores.
Así, ya desde la avenida principal de ingreso de la comunidad se desplegaba una gran actividad comercial en torno a restaurantes regulares e improvisados que ofrecían platos diversos a los visitantes y turistas. Lo mismo ocurría en los alrededores de la feria, donde además de comida se ofertaban juegos inflables, carruseles, camas elásticas y canchitas para los niños, y más allá, por la zona del parqueo vehicular, se ofrecía incluso ropa y frazadas.
Para controlar toda esta actividad, se desplegó gran cantidad de funcionarios municipales que se encargaron de mantener todo en orden y seguridad para el desarrollo de la feria. “Estamos coordinando junto con la Policía Municipal, la Policía Nacional y la Intendencia, haciendo el control del expendio de comidas y bebidas, el orden y el tráfico de vehículos, y hasta el momento está todo bien”, explicó Arturo Alfaro por parte del Comité Organizador.
Asimismo, el comunario agradeció el apoyo brindado por las instituciones gubernamentales para realizar este control, además la colaboración en el desarrollo y organización de la feria misma. “Se nos ha apoyado muy bien en todo desde el Municipio y la Gobernación, con los toldos que necesitábamos para exponer, la tarima, y la amplificación, aunque hemos tenido algunos problemas con la instalación eléctrica que nos produjo ya un corte anoche y nos está complicando ahora, pero esperamos poder subsanarlo para continuar con el espectáculo esta tarde”, concluyó Alfaro.


miércoles, 18 de enero de 2017

Tarija San Andrés organiza Feria Departamental de la Papa

Los próximos días 21 y 22 de enero se realizará en la comunidad de San Andrés, una nueva versión de la Feria Departamental de la Papa.

Un productor manifestó: “La cosecha este año fue entre 8 a 10 cargas por una sembrada. Cuando el tiempo es bueno se cosecha hasta 14 cargas” , dijo además que “se debe tener buena semilla que sea certificada a la que no le afecten los fenómenos naturales, como las sequías, heladas y granizadas, para tener buena cosecha”.

Entre las variedades de papa que se expondrán en la 34 versión de la feria, está “la Desiré, la jaspe, papa marcela, americana, runa criolla, runa Iscayachi, collareja y revolucionaria, que son las más conocidas y producidas en la zona”, indicó Eiber Fernández del comité organizador de la feria.

Por otro lado, Fernández dijo que los participantes en la feria deberán llevar un quintal de papa de cada variedad que expondrán, esto como requisito para participar en la 34 feria de la papa, posteriormente, se podrá vender al público asistente.

Finalmente, Arturo Alfaro, productor de papa de la zona, señaló que tuvo buena producción, no obstante a que en algunas zonas han sufrido falta de agua, pero que se ha logrado cubrir el mercado tarijeño. “Hemos tenido inclusive para abastecer el mercado nacional, como Santa Cruz, Potosí y a las poblaciones de Yacuiba Villamontes, Villazón y otras”, dijo.

PRINCIPAL PRODUCTOR

Hace días, el responsable del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal Tarija (Iniaf), Adolfo Avilés, informó al diario local El país Plus que el departamento es el principal productor de semilla de papa. La más requerida es la semilla de papa desiré, en un 80 por ciento, y el restante 20 por ciento corresponde a otras variedades como la papa marcela y papa imilla.

Avilés explicó que Santa Cruz se lleva el 50 por ciento de la producción de la semilla de papa que produce el departamento y que solo el 45 por ciento restante se queda en Tarija.

miércoles, 4 de enero de 2017

El tarwi: la “soya andina” subutilizada del Altiplano Norte

De color blanquecino a crema, el tarwi es una legumbre que usualmente se consume en forma de mote, luego de haber sufrido varios remojos y enjuagues para quitarle el sabor amargo que le otorga su contenido de alcaloides. Esta legumbre, otrora el deleite de nuestros abuelos y abuelas, contiene un alto porcentaje de proteína comparable e incluso mejor que el de la soya, debido a esto se lo ha denominado “la soya andina”.

La tabla de composición de alimentos reporta que el tarwi contiene 44.3% de proteína frente al 33.4% de la soya. Además el tarwi contiene hierro, calcio y fosforo en buenas cantidades, por lo que se considera apropiado para niños en etapa de crecimiento y mujeres embarazadas o que dan de lactar. La semilla contiene alto contenido proteico (44 g), es rico en lisina y minerales, y es relativamente rico en ácidos grasos no saturados, incluyendo al ácido linoleico.

En Bolivia el tarwi se produce y consume mayormente en las áreas de producción en el Altiplano Norte, valles interandinos y los valles de Sucre y Cochabamba. El tarwi se encuentra junto a otras semillas andinas, entre las “semillas de oro” caracterizados por contener proteínas de alto valor biológico (aminoácidos esenciales) y un gran valor nutricional, además de condiciones de resilencia ante factores adversos de clima y suelos.

Entre otras virtudes, es una planta que durante su ciclo de vida fija el nitrógeno al suelo, incrementando su fertilidad, por lo cual en los sistemas agrícolas tradicionales en el Altiplano Norte, es común su cultivo en rotación con cultivos más exigentes en nutrientes, tales como la papa. Además por su contenido de alcaloides, el agua del tarwi puede utilizarse como desinfectante y en las zonas de producción es utilizado como insecticida y fungicida.

En las regiones productoras de tarwi este juega un rol muy importante en la economía de las familias. Por su contenido de alcaloides, que le otorgan un sabor amargo, el tarwi es fácilmente almacenado, sin sufrir el ataque de plagas y roedores. Debido a la fluctuación de la demanda de tarwi en los mercados locales, las semillas secas pueden ser conservadas por los agricultores y vendidas en las épocas en las que se encuentran en déficit económico constituyéndose en un recurso de reserva y ahorro para las familias campesinas de las zonas productoras.

El tarwi forma parte de la Agrobiodiversidad boliviana, siendo oriundo de los Andes. En Bolivia se cuenta con una gran diversidad interespecifica y además con parientes silvestres. En la estación de Toralapa, dependiente del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF) se mantienen y conservan accesiones del cultivo del tarwi, las cuales son mantenidas en el Banco de germoplasma de cereales y leguminosas, donde se cuenta con 107 accesiones de tarwi conservadas en silos. (Geovana Mercado y Justina Condori, agrónomas del proyecto LATINCROP)