miércoles, 22 de enero de 2014

FOMENTO DE LOS CULTIVOS ANDINOS SUBEXPLOTADOS

Se han analizado tanto el origen y la domesticación de los cultivos andinos, la producción, así como su valor nutritivo, consumo y las posibilidades agroindustriales. De la revisión de la bibliografía existente y los ensayos realizados se concluye que las investigaciones básicas sobre los cultivos andinos se encuentran ya bastante avanzadas y se seguirán complementando. Existe por ejemplo cada dos años el compromiso informal de los países andinos de apoyar la realización de Congresos de Cultivos Andinos, habiéndose realizado en 1994 el octavo encuentro en Valdivia, Chile, prosiguiendo una experiencia que se inició en Ayacucho, Perú, en el año 1977.
A pesar de las múltiples investigaciones realizadas quedan numerosas acciones y estudios pendientes. La producción de semilla seleccionada parece ser una de las prioridades pero debe estar acompañada por la industrialización, comercialización y el impulso al consumo que son tareas que deben reforzarse. Para tal fomento a nivel nacional se necesita la decisión política y el apoyo oficial.
Desde algunos años se han iniciado igualmente acciones concretas para incrementar su cultivo y uso, pero es en estos últimos campos donde en realidad queda mucho por hacer y se deben concentrar los esfuerzos futuros. Es un ejemplo muy importante la experiencia en Ecuador y Bolivia en donde se ha fomentado el cultivo agroindustrial de la quinua (Wahli, 1990). Igualmente es interesante el caso de Bolivia, donde en los últimos años se ha iniciado un esfuerzo muy fuerte en la agroindustria de la quinua y su exportación a diferentes mercados internacionales. En el Perú destaca el fomento del cultivo de la kiwicha y su gran difusión a nivel industrial, a través de la planta de Incasur, así como de otras pequeñas industrias en el Cusco, de igual manera la agroindustria de la maca en la sierra central. El avance en la agroindustria de los frutales nativos en Colombia data ya de varios años.
Las principales razones que justifican estos esfuerzos y las acciones que se podrían incrementar en los próximos años son las siguientes:
� Los cultivos andinos son plantas autóctonas y totalmente adaptadas a las condiciones ecológicas de los Andes.
� El valor nutritivo de estos cultivos se complementa muy bien con los alimentos más populares, como el arroz, el trigo y la papa. Por ejemplo los granos andinos son reconocidos en el mundo científico internacional por la alta calidad de su proteína; el lupino andino por su alto valor proteico y de grasa; los tubérculos y raíces como fuentes de calorías, así como los frutales por su contenido en vitaminas.
� Los tubérculos y raíces pueden tener, por su resistencia al frío (maca) y su potencial volumen de producción, como el caso de la oca, olluco y mashua un lugar muy importante en el abastecimiento de alimentos.
� Hay suficientes ensayos que comprueban la factibilidad de reemplazar por lo menos parcialmente a muchos alimentos que se importan en la actualidad, como la harina de trigo, por los cultivos andinos o de sustituir la leche por preparados similares en base a quinua, qañiwa, amaranto y tarwi.
Por lo tanto, el fomento del consumo de estas especies podría mejorar sustancialmente la alimentación y nutrición de la población de los países andinos, así como disminuir la importación de alimentos foráneos.
Si ésta es la situación, �cuáles son las razones para que a pesar de las obvias ventajas, de las especies descritas no se hayan difundido con mayor amplitud e incluso algunas estén disminuyendo?
Se pueden enumerar algunas de las razones:
� El hecho de que estas especies tengan algún componente que hace necesario un tratamiento previo al consumo; un tamaño pequeño; o un gusto que no sea agradable para una parte de la población.
� Un sentimiento social, de que estos alimentos son para campesinos o para personas de bajo nivel socioeconómico.
� El desconocimiento de las formas de preparación y consumo.
� El hecho de que el cultivo de algunas de estas especies se ha probado fuera de los Andes y no se llegaron a adaptar del todo.
Existen sin embargo otros factores para tomar en cuenta. Se advierte por ejemplo que el fomento no debería orientarse a una especie aislada. Siendo el territorio agrícola tan heterogéneo, se requiere el conjunto de las especies para ocupar mejor los diferentes nichos ecológicos y gracias a su adaptación diferenciada, asegurar el uso óptimo del suelo.
Aunque existe una variedad de granos, leguminosas, tubérculos, raíces y frutales que permiten mejorar los sistemas de rotación y contar con variadas fuentes de alimentos que se complementan, una de las desventajas fundamentales parece ser la baja productividad actual. Generalmente, los agrónomos sugieren de inmediato que hace falta mejorar las variedades y la tecnología de producción, lo que es sólo parcialmente cierto.
Se puede decir que en la actualidad existe la tecnología agrícola para mejorar la producción de cada uno de los cultivos mencionados. Lo que se requiere es un programa de promoción integral. Salis (1985) opina que la promoción de estas especies debe estar ante todo sustentada en incentivos al productor, ofreciéndole las mejores condiciones para la producción y la comercialización. La Figura 43 presenta los elementos que deberían incluirse en un programa de promoción.
Figura 43
Elementos de un programa de promoción de cultivos andinos
Fuente: Salis, 1985

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